El Estado Mayor de los insurgentes cabañaapizarristas tenia la intuición de que algo se preparaba a sus espaldas y habian tomado precauciones, sabian que sería una lucha sin cuartel y contra un enemigo, que si bien a nivel provincial no era demasiado fuerte, si estaba motivado por la política mercenaria que el Susanato había puesto en marcha sin reparar en costes ni ofrecimientos de cargos via Boja y decretos de San Telmo y su delegación en la Plaza Nueva a cuyo frente estaba el Sargento Pacome-na también conocido como el Zorro Plateado del Bicentenario, y sin reparar tampoco en
lanzar continuas y nada veladas amenazas sobre la cabeza, por cierto, bien dimensionada cabeza, de Stallone Cabaña, que en quellos momentos tenía un precio tan alto que las agencias de rating la habian calificado con una Triple A (AAA), la mayor calificación posible del mundo financiero y no precisamente por su relación con Unicaja.
Pero en esto, como en todo en la vida, no hay peor sordo que el que no quiere oir, y tanto Stallone Cabaña como Patton Pizarro eran a todos los efectos "sordos de Astilleros", conocida figura de la sociedad gaditana, por la que hace algún tiempo, en los años "horribilis" de la reconversión naval, los trabajadores de este sector se veian liberados de prestar su esfuerzo laboral a cambio de un salario y pasaban, no se puede decir en este caso aquello de "sin comerlo ni beberlo", a la situación de reserva activa bajo la condición de sordos aunque fuesen capaces de distinguir los silenciosos ultrasonidos de los repelentes electrónicoss de mosquitos.
Y a esta estrategia se pusieron manos a la obra los acantonados rebeldes antigriñaninis. la batalla fue dura por desigual,se libró comité a comité, asamblea a asamblea hasta llegar a la Ejecutiva y el Comité Provincial, todo ocurrió en Chiclana, una memorable tarde del mes de Septiembre, pero eso será objeto de la próxima entrada, por hoy vale.
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